Fragmentos de "Noche, Niña, Rezo"

"Dulce niña, sueña con las verdes piedras de la noche; los pájaros dormidos acompañan tu caída; el sol que no cae, no termina de caer, la muerte que no llega, que no nos acoge en su tibio terciopelo... Niña, dulce niña perdida, trenza fragantes tréboles con tus días; Siéntate en el claro del bosque, dulce niña, cierra tus ojos y espera la muerte..."

"Todo había llegado finalmente al abrazo de la noche. Cada paso, cada espera. La aproximación de las manos en la lluvia.
Quisiéramos abarcar todos los días del mundo.
La sonrisa es más amplia porque ha sido ansiada con el peso de la eternidad. Y el tiempo no es inocente.
Nuestro mar está plagado de estrellas y tu cielo se refleja en mi cielo."

"Dulcemente triste, violentamente dulceeste deseo de infinito.
Ya casi acaba de caer la lluvia, la lluvia púrpura que alguna vez terminó por inundarnos.
Las olas rompen en el risco escarpado de mi corazón...
Ángel de la Noche, cubre tus alas...
En el persistente brillo de las estrellas ella pensó que tal vez él pudiera llegar a alcanzarla."

"Allí, allí mismo donde todo comienza, donde todo comienza a desencajarse, se desintegra y se rearma.
Allí esperaré crispada, brotando entre las bisagras de mi cuerpo, en las puertas de lo que se gesta, en la escisión, en la hendidura absoluta; en el puente, en el medio, en el borde de las cosas...
Allí estaré esperando."

"Los deseos se bañan en la música sorda del vacío.
Los ecos son muy leves a lo lejos... Sólo la velocidad de los cuerpos permanece. Como si éstos hicieran la música.
Y el sudor brilla en el aire. Y el aire gesta una danza inacabada. Y un cello suena grave y sórdido como un lamento o una suave nostalgia sobre la delicada caricia de un piano.
_Tus noches son mis noches_ dice la música.
_No estarás más solo."

"Es un sueño. Es un desierto.
Y las huellas. Huellas que parecen seguir su luz o perder el sentido.
Río turbio de palabras. Palabras que el aire resquebraja, que se cristalizan minuto a minuto.
Apréstate a morir o tal vez sólo dormir, yacer en un dulce sueño."

"Él cierra suavemente los ojos.
Los besos son como un bálsamo curativo. El guerrero lo sabe, cuando vuelve cansado con sus heridas. Ella reconoce la lucha. Cada pequeña muerte dejando su huella inalterable en las capas de la memoria.
Él se fortaleció. La niña recogió sus flores en el canto de las aves nocturnas. Cuando la noche se virtió para restaurar el silencio, una mirada abrió la puerta de los sueños..."

"Y lo que vuelve siempre es más íntimo y cercano o es también enigma y lenguaje extraño que desconocemos. Cruzamos confesiones secretas mientras la radiante luminosidad de los cuerpos.
Luego sobreviene la fractura entre el yo y el mundo. Las obsesiones, los deseos de niña, las pequeñas muertes cotidianas, sumergirse en el letargo, el dolor o el sufrimiento de la piel en el inocente rostro redondeado de sal y arena y los miles de pasos entre lo que soy y lo que seré.
El alarido y el llanto, la alegría y la sorpresa que forjan la templanza de las cosas. y en ellas, un camino de destino..."