El fin de la noche
Habría que llegar hasta el fin
de la noche. Atravesarla y resistir.
Sólo por el hecho de resistir, luchar
contra el cansancio. Sentir los ojos que
pesan, el cuerpo que se desdobla como
si nos mirara desde afuera. Sentado
frente a nosotros. Porque
ella mira todo con desesperación, des-
de la desesperación... Las lágrimas
son saladas y tibias; ahora lo descubre, ¿cómo
no lo había notado antes?... Habría que
llegar hasta el final de la noche. Resistir.
Probarse. Superar el estado del cuer-
po. Recibir el amanecer con el miedo
del atardecer. Como el principio de lo
que se termina. Salir del cuerpo. Sa-
lirse de lo que se agota. Llegar hasta el
hambre. Tocar el vacío, ¿cuál es mi noche?
¿cuál es mi tiempo? El que encapsula
todas mis voces?... Es un sufrimiento
sin dolor. Aúllo. Escribo para callarme.
Es un hallazgo. Una silenciosa aceptación.